viernes, 2 de enero de 2009

Cuento de aquellos días

Ella se iba a la orilla del lago, en calma caminando por ese verde inmenso, relajando de a poco cada parte de su cuerpo, nunca olvidaba llevar sus auriculares para poder terminar de meterse en su burbuja mental.
Se sentaba de espaldas a un árbol gigante que estaba a pocos metros de la orilla. Le gustaba disfrutar del silencio humano, miraba el horizonte sin saber que mirar, cerraba los ojos para que el sol no la cegue del todo, encendía la música y empezaba a trasladarse…
El sol, la brisa, el sonido del lago y esa música eran la combinación casi perfecta, lo más logrado que pudo ser.
Esa era su manera de tenerlo presente a él y dejarse llevar sin verdades que lastiman.

Ella solo quiere volver el tiempo atrás y poder disfrutarlo más, poder dejarse llevar más que en sus propios sueños, en plena libertad y con el corazón en las manos, listo para entregárselo a él (cuando decida volver).

1 comentario:

La otra parte de mí dijo...

podría intentar mirar hacia adelante..capaz allá lejos pero para el frente hay algo muchísimo mejor esperándola..